Cultura de reciclaje, más que una forma de conciencia: una determinación
- Luisa Baracaldo
- 2 nov 2015
- 2 Min. de lectura
La sociedad actual se enfrenta a diversos problemas, tanto de índole económico como social, la lucha por los derechos humanos, la globalización y el desarrollo se encuentran como temas centrales de conferencias internacionales, en las agendas de los presidentes y en las primeras planas de periódicos como de los diferentes medios de comunicación.
Por otro lado, hoy los temas ambientales cobran relevancia en las diferentes esferas de la sociedad, a nivel político, económico y cultural; considerándose temas como la conservación de páramos, la reforestación de bosques, recuperación de ríos, la práctica del reciclaje y la reutilización de residuos, pero ¿en verdad se está logrando el objetivo de crear conciencia en la ciudadanía frente a estas prácticas?
Cientos de programas “conciencia” se generan desde diferentes aspectos: la escuela, la universidad, el hogar, los sectores de la economía, los programas de responsabilidad social de las empresas, en las instituciones gubernamentales, las ONG, entre muchos otros; no obstante, el panorama diario es contrario a las luchas por el ambiente: niños tirando papeles al suelo sin ninguna restricción de sus padres, montones de cuadernos, libros y demás útiles de estudio a fin de semestre o de año en las canecas de basura, estos son algunos de los ejemplos que se pueden citar cuando el medio ambiente pasa a estar en un segundo plano en nuestras vidas.
En los medios, en la internet y en las mismas redes sociales se comparten contenidos sobre la práctica de reciclar pero dicho acto, que se ha de convertir en una actitud, nace de amar y sentir el planeta, de respetar a la Madre Tierra, de comprender que el suelo que pisamos y el aire que respiramos es, en síntesis, el legado de gratitud más grande para nuestras futuras generaciones; por ello, reciclar como práctica cotidiana se genera desde el interior del ser humano, al entender que hacemos parte del ambiente y que si éste se encuentra armonioso, se percibirá por cada persona en el planeta.
Al final, lo imprescindible es que cada decisión se materialice y cobre vida, es por medio de la determinación del negarse a actuar dentro de lo “común” de la gente, tal como lo decía Dalai Lama “Creo en la determinación humana. A lo largo de la historia se ha comprobado que la voluntad humana es más poderosa que las armas”, desperdiciar papel hoy no puede significar un hecho terrorista pero a futuro puede convertirse en la herida más grande a cientos de árboles que son talados al año para la producción masiva de papel y otros derivados.
¡Que reciclar sea la mayor hazaña de tu vida, materializado en un futuro para el planeta!
Comments